sábado, 19 de mayo de 2012


I.  NISÁN  (LUNA NUEVA)

Cinco lunas heridas
tiene el Amor y en ellas
brilla el peso del mundo
su dolor, su cansancio, su alegría,
su tristeza, su esperanza.
Por estas cinco lunas fijas,  libres,
abiertas, transparentes, altísimas,
rodenas estrías en su cuerpo,
lazado y vertical, se me muere el amor.
Se me muere para nacerme siempre
a golpe de por qué
y nublos desgarros,
diluvios de inocencias heridas, muriendo
mientras nuestras conciencias van,
vuelven a sus fiestas de luto
mientras, -sí, tú ya lo sabes-, en nuestra
soledad hay una orquesta de verdades
esperando en silencio.

Sabe el Amor
de dulces abandonos y amargas delicias.
Colorea la pena igual que la mañana…
Nudo se va  y vuelve
colmado, prodigioso, fecundo.
¡Qué azul es el mar
y qué libre la forma!
Así el Amor, agua dúctil, fuego
sin límite, incombustible, creciente
fértil como Luna en su gloria.


Sabe el Amor
del agua del deseo y la arena
desierta de las lágrimas.
Quiere esperar y espera, nace
de nuevas esperanzas.
Reverdece su fruta
en los labios del alma
al filo de la ojiva
Las piedras del pozo
de su anhelo saben, callan,
miran, escuchan, callan, saben.

Orienta el amor
su pulso hacia el asombro.
Nace de nuevo, a cada  paso, nuevo,
como recién amanecido; y ríe,
de rama en rama. Amanece.

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