sábado, 30 de julio de 2011

Palabra sobre el día

PALABRA SOBRE EL DÍA
“How shall our living konw its ends of yielding”

(“Cómo sabrá nuestro vivir el final de su entrega”)
W. D. Snodgrass


Las sábanas retienen noticias de la noche,

llega la luz y llega sobre el cuerpo

un lento cúmulo de urgencias

que hace más necesaria la pereza

porque hay posos de sueño aún sobre las manos.

La mañana convoca mi piel para la dicha.

* * *

Como entonces el mar, libre párpado herido,

refugio transparente de brazos extendidos,

tú,

presencia transitoria que me otorgas aquí

la eternidad.

* * *

Hiero signos de estrellas sobre la piel del agua

para escribir la única palabra de toda esta distancia

con la caligrafía de los silencios.

* * *

El pulso que me habita se hace

carne en el tiempo, nudo de lluvia

donde anide tu cuerpo.

Donde anide tu cuerpo extenderán mis besos

una alfombra de luz contra las sombras.

* * *

Para volar, mis ojos, porque nacen del canto

de la dicha y tu cuerpo sobre todas las horas.

* * *

Desnudas el silencio de todas las palabras

y convocas la música con el claro latido

de tu libre ternura.

* * *

Hallo siempre tu cuerpo en todos mis caminos.

Todas estas palabras dicen

y no dicen tu nombre.

* * *

Porque mis ojos hablan

mejor que las palabras,

mírame, escucha,

cómo habla el deseo.

* * *

Porque el sueño es saber

estudio tu cuerpo en las vigilias

para aprender, nocturno,

en las sábanas del sueño y el deseo.

Vuelven mis manos a ceñir la mañana.

La lección de la noche

nos entrega, como don de la dicha,

su memoria.

* * *

Hay que subir al aire para llegar a ti

pues habitas en la tienda del viento

y del abrazo.

Entro en su fresca estancia

y se cuelan conmigo los ángeles del gozo.

* * *

Una lágrima dulce resbala sobre el suelo,

es mayo que desciende la escala de la dicha

que arde en nuestro incendio.

* * *

Nacer desde la luz oscura de tus labios.

Morir desde tu pecho, labrado territorio del deseo.

* * *

Sabor, noticias, nombres

necesito de ti.

Rumor, músicas, silencios

necesito de ti.

Madrugada sin ti, desnudo

insomnio de no abrazarte

ahora, helado entre recuerdos,

no perseguir tus pechos,

no amarte, plata pura de nuevo.

Aquí me precipito,

aislado sauce solo;

llanto,

cauce

seco

de

ti.

Donde no están tus ojos

no hay ventanas para nacer

la luz.

Madrugada sin ti,

vendido a la pasión

te solicito en este exilio

de barro deslumbrado.

Madrugada sin ti,

Madrugada sin tiempo,

porque sólo al besarte el tiempo se establece.

* * *

Paradoja del río que nos lleva,

-viene, ve, vence-

y vuelve y siempre es otro,

como otra es la luz

antigua que nos abre

con fija claridad

la misma herida hoy.

* * *

Era la luz palabra sobre el día

y en su silencio se condensaba el canto.

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